jueves, 5 de diciembre de 2013

Te quiero en superlativo

Ahora que me cansé
de ser
predicado en tus sueños.
Ahora que soy
sujeto omitido
de tu vida
y que Tal vez no es
complemento
circunstancial
de eternidad,

ahora que Amaré
no es
futuro perfecto,
que Besaré
no es
Contigo,

que el gerundio
de tu boca
me golpea
infinitivo,

cómo decirte,
por ejemplo,
que te quiero
más
que a un sintagma
de golondrinas,

que te quiero
en superlativo e infinisílabo,
yo,
tan diminutivo
y gilibombante.
Tan despectivo
y meridiano.

Tan arcaísmo
y apócope.
Tan latinajo
y parasintético.

Tan gentilicio
de tu nombre.
Tan neologismo
de tu risa.
Tan antónimo
de ti.


que amas
en plural
a sapos
y a mariposas.

Yo
queriendo ser
preposición
en tu cama
y verbo copulativo.

Y yo ante
Y yo bajo
Y yo sobre.
Y tú tras
Y tú contra
Y tú según.

Y yo con cara
de oración
desiderativa
cada vez
que dices
NO
y destrozas
los fonemas
con tu risa,
y cometes
faltas de ortografía
allá por donde pasas.


y tus malditos
besos con v.
Tu
y tus obtusos
abrazos con h.

y tus jodidos
te quieros sin amor.

Y esos putos
ojos
que no aparecen
en los diccionarios.
Y la hipérbole
de tu vientre,
y el estúpido polisíndeton
de mis versos.
¡Y quiasmo!
¡Y retuércano!
¡Y calambur!

Mi soez
y arrabalera
princesa de lupanar,
me cansé
de analizar
cada una de tus caricias.

(4-XII-13)

No hay comentarios:

Publicar un comentario