Maldita
Lesbia mía.
Tan puta
y tan princesa
como sólo puede serlo
una mujer
como ella.
Tan libre
y tan oprimida
por la belleza
y sus formas.
Tan musa
y asesina.
El corazón
la arrastra
hacia
los riscos afilados
del porvenir.
Destrozando
la mitad de la poesía universal
con una sola mirada
y apropiándose
de la otra mitad
con un beso.
Comprando
amor en el mercado
a carne en los corazones.
Maldita
Lesbia mía.
Tan puta
y tan princesa.
Tan musa
y asesina.
Tan gata
descosida
por el brillo
de mis versos.
Ojalá se muera
y me deje
con mi pena.
Ojalá se muera
con un futuro
lento y doloroso.
Que el invierno
sólo marchita
a las flores
que se niegan
a morir.
Maldita
Lesbia mía,
tan cáncer
y
venenosa,
tan Afrodita
del miedo.
Ojalá nunca
me dejé.
(26-I-14)
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